Resurgimiento

Hoy he recibido un email esperanzador, de esos que jamás esperarías y que te remueve por dentro. En él se hablaba de las memorias de una persona a la que conozco y admiro y cómo resurgió de sus cenizas en el peor momento de su vida.
Quizás este no sea el peor momento de la mía, pero es verdad que la pandemia del covid- 19 no está siendo un buen momento para nadie y que necesitamos escuchar voces esperanzadas que nos haga volver a sentir pasión por las cosas o, al menos, que nos ayuden o se conviertan en un faro para nosotros.
Eso es lo que ha sido ese email para mí, un faro y, por eso, he decidido retomar la actividad de este blog después de cinco años de letargo.
Sé que es muy probable que no se convierta en una actividad asidua, también sé que el tono cambiará porque las preocupaciones del ayer no tienen nada que ver con las que me asedian hoy, pero quiero que, de alguna forma, quienes quieran leerme más allá de mis libros encuentren en este pequeño espacio un lugar de confesiones, recuerdos y pensamientos varios.

Ojalá que la pandemia haga resurgir las letras. Lo que tengo claro es que yo voy a participar de ese resurgimiento a partir de ahora.

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