existencias
Por el desdén de
enfrentarme al mundo,
cuando bajo esta
careta urdida
y en un silencio,
absorta, me hallo,
me encuentro
pensándote existencia.
Caigo en los pensamientos míos, frágiles
cristales de bohemia, rodando ágil;
dónde me pongo y no, mi cuerpo sabe.
La sombra, mente-perfecta, conozco.
Apoyo mis manos sobre mi negra
luz, brillante azabache del subsuelo,
y reconozco muriendo mi vida,
Volando, atrapándose, pasando.
No suelo perder nada en el camino,
el tiempo pasa solo y yo no paso
porque quedo como huella hundida
en cada instante que alcanza el cielo.
Quiero vivir y, al hacerlo, pudiendo
gastar horas como
hago, la vista alzo
y juego. Creo improvisar mis cartas
mientras el destino sigue sus planes.
Y en palacios de Fortuna me adentro,
y abriendo a la felicidad las puertas,
reclamo todo lo que considero mío;
pues cuando grito, solo mi eco atruena.
Estamos solos en el
mundo, sociales
seres seremos, pero
cuando escucho
mi silencio
descubro que nuestra alma
es solo nuestra.
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