Mi " a lo que salga"

Días grises que se tornan al sol, que descubren al mundo una sonrisa que se ocultaba tras los reflejos de una máscara que esconde todo lo que es y no es nuestro. Deseos agónicos que, desde el primer momento en que nos vimos, están diciéndonos todo bajo una capa de silencio que se tensa y destensa en la diferencia de un segundo.

Días grises que abren su capa oscura para recibir entre sus brazos un millón de utopías que no sabemos si son vida o muerte momentánea, pero que están tan dentro de nuestras almas que han hecho que perdamos cualquier noción que nos augure una realidad diferente a la que queremos ver y vivir.

Y es que no hay más verdad que la propia y más mentira que la que nosotros elegimos. Nuestra vida está en la frontera entre lo cierto e incierto, en el límite que separa imaginariamente lo que está en nuestra mano y lo que nuestra razón no quiere que sea nuestro.

Es triste, pero cierto, y por más que deseemos llegar al cielo y rozar con nuestras manos el halo tenue de una estrella, su propia esencia gaseosa se nos perderá entre los dedos haciéndonos sentir el trágico sentimiento de la vida. Porque deseamos y no tenemos, porque soñamos y solo es sueño.

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