Juego de los cinco sentidos: Tacto

El tacto es el sentido por excelencia, ya que, mientras el resto tienen un proceso de maduración y muerte, éste es el único que permanece hasta el final de nuestros días.

Desde que nacemos este sentido es el que nos guía, con el fin de conocer lo que nos rodea. Por esta razón, cuando comenzamos a andar, nuestras manos van hacia delante, porque queremos alcanzar la meta y, si por algún casual no fuera posible, buscamos, al menos, poder frenar nuestro golpe para volver a intentarlo.

Por eso he querido que este sentido sea el que marque el punto de inflexión, porque es necesario palpar, de una forma u otra, el sentimiento que se esconde tras este regalo, sin buscarle más explicación que la de arrancarte una sonrisa y, recordarte, que nunca dejará de haber unas manos que se lancen a encontrarte cuando estés perdida.
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En tu alcoba quisiera ser yo luna
Para alumbrar las noches de humor herido
Y acunarte entre algodones suaves,
Acompasados por el aire en un zumbido.

En tu almohada quisiera ser yo pluma
Para escuchar tus pensamientos y escribirlos;
Para rozarte las mejillas y secarlas
Cuando en ellas ruge un torrente frío.

Y quisiera ser sal en tus heridas,
Y ángel guardián de tus secretos vivos,
Y mantenerte un segundo entre mis manos
Para tornarte un sueño al paraíso.

Yo quisiera ser cautivo en tu mirada
Para poder unir tu corazón al mío
Y, así, cuando calles susurrarte
Rompiendo mi silencio en tu latido.

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